Guanajuato, Guanajuato.- La fortuna estuvo con los tripulantes de dos camionetas que chocaron la noche del domingo en el acceso Diego Rivera de la capital. Los tripulantes de los vehículos resultaron sólo con golpes menores, pero las unidades quedaron consumidas por el fuego.
La noche anunciaba lluvia y había disposición para llegar a casa lo antes posible. Por el acceso Diego Rivera, un adolescente de 17 años de edad conducía una camioneta Ford roja. Como los de adelante iban lentos, decidió rebasar en esa vialidad que tiene carril de ida y carril de vuelta y sus respectivos acotamientos en los que no siempre los que van lentos se orillan para dejar pasar a los desesperados.
El “chavo” invadió carril y chocó contra una camioneta Honda color azul, que iba en sentido opuesto, pero de manera correcta. Tras el impacto, el joven resultó con un golpe en la frente. En el otro vehículo viajaba un hombre de 60 años de edad y presentó golpes en el pecho y en distintas partes del cuerpo. Con él viajaba un adolescente de 14 años, quien recibió un golpe en el labio.
Para fortuna de todos, el choque fue amainado por los frenos, pero el impacto alcanzó uno de los tanques de gasolina y se provocó un incendio. Automovilistas que pasaban por el lugar subieron los videos a las redes digitales.
Al lugar llegaron unidades policiales y de auxilio médico. Los afectados sólo reportaron heridas levas y miraron cómo ardían los vehículos.
Más tarde llegó la motobomba 8801, del Heroico Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Guanajuato, cuyos tripulantes usaron extintor de polvo químico seco para controlar el incendio, pero ya era tarde: las camionetas serán recuerdo.
Luego llegó la máquina-01 del Sistema Municipal de Bomberos Voluntarios (SIMUB), que apoyaron al control total de derrames y así proceder con la mitigación de riesgos en el área.
La libraron esta vez: el infierno estuvo en el Diego Rivera y vivirán para contarlo (uno de ellos, si se sigue portando mal, lo hará en el infierno verdadero).
