México.- Un día como hoy pero hace 56 años, nació uno de los símbolos más emblemáticos de los últimos años en la música de habla hispana, Gustavo Cerati, el canta autor argentino que revolucionó la música con su creatividad, sus letras, carisma y talento.
El 16 de mayo del 2010, Cerati se encontraba en la recta final de uno de sus conciertos en Caracas cuando de repente, se desvaneció. Había sufrido un derrame cerebral por obstrucción de la arteria carótida interna izquierda. Un respirador artificial mantuvo su corazón con vida durante cuatro años. El verano pasado, la infección respiratoria que padecía comenzó a complicarse. Nunca despertó del coma. Falleció el 4 de septiembre del 2014.
Asimismo salió este día una polémica biografía del músico realizada por el periodista y secretario de redacción de Rolling Stone, Juan Morris, que relata lo que sucedió aquella noche en Venezuela, titulada Cerati: La Biografía. De dicho libro se ha mostrado un fragmento en el diario Clarín, el cual al parecer no cayó bien a familiares y amigos, pues consideran que carece de veracidad.
Su propio hijo, Benito, ha mostrado su inconformidad con la edición a través de sus redes sociales donde publicó el siguiente mensaje “¡Buenos días, amigos! Queremos informarles que tengan cuidado. La biografía de GC que anda dando vueltas carece de veracidad. Tiene muchas imprecisiones y no está autorizada por la familia. Además está escrita por alguien que nunca lo conoció ni tiene vínculo con ninguno de los miembros de la familia. Por ahora no hay nada oficial. ¡Gracias!”.
La última foto del grupo
Se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados. -¿Te sentís bien?-le preguntó. Gustavo abrió la boca para contestarle, pero no dijo nada, como si los músculos de su mandíbula no encontraran las palabras, la cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira. Mientras tanto a su alrededor el grupo se empezó dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camerino. Mientras lo veía alejarse, Taverna le pidió a Bernaudo que lo acompañara a ver qué le pasaba, llegaron y Gustavo estaba tirado en el sillón, con el saco a un costado, la camisa desabrochada y la boca entreabierta. Pensaron que tenía un pico de presión o que tal vez le había dado un infarto. Bernaudo corrió a buscar a los paramédicos y al ratito volvió con dos chicos menores de 20 años y que al ver a Gustavo Cerati desforzado, descompensado, no supieron qué hacer. Charly Michel, el kinesiólogo que viajaba con el equipo, revisó qué remedios tenían los paramédicos en sus bolsos y les pidió que fueran a buscar la camilla. Gustavo se podía mover pero estaba como abrumado, lento, y no podía hablar.
Esa difícil noche para el rock latino, Gustavo Cerati fue trasladado al Centro Médico Docente La Trinidad, que, según relata el autor de la biografía, se encontraba a oscuras, fruto de un corte de luz. El músico tuvo que ser desplazado con urgencia a otro centro hospitalario y, poco después, consiguieron ingresarlo al fin en La Trinidad. La noche del día siguiente las enfermeras, lo encontraron sacudiéndose y agarrándose la cabeza con su brazo izquierdo.
Tenía los ojos apretados, como si estuviera sufriendo un dolor insoportable, realtó Morris. Media hora más tarde y 24 interminables horas después de haber sido ingresado, los médicos informaron a su familia sobre el diagnóstico: Gustavo Cerati había sufrido un ACV (ataque cerebrovascular o derrame cerebral) y su cerebro se había inflamado tanto que estaba haciendo presión contra el cráneo. Tenían que operarlo con urgencia.
Cocaína y viagra
EL portal Las2orillas publicó que la gira americana de Gustavo Cerati de aquel 2010 fue una fiesta sin parar, madrugadas, drogas, tabaco, sexo y alcohol. Su actuaciones fueron impecables, pero su aspecto fisico, cada vez peor. Lucía demacrado y delgado, el vocalista recurría habitualmente al viagra para mantener relaciones sexuales con su chica, una jovencísima modelo llamada Chloé Bello. Después del accidente, asegura la publicación, la familia de Cerati le pidió que se alejase de él, culpándola de los excesos en los que chapoteaba de buena gana el argentino.
Dos noches antes de su último concierto, Gustavo Cerati se ventiló la noche de Bogotá rodeado por un séquito de bellas jovencitas, fumando y esnifando cocaína. Le atropelló el amanecer en casa del conocido empresario Julio Correal y, al día siguiente, (con la resaca más tremenda de su vida), puso rumbo a Caracas. Esa medianoche, tras entonar Un lago en el cielo y despedirse de su público, no fue capaz de mantener el ritmo y prefirió regresar al hotel. Antes, de camino al camerino, alguien inmortalizó con su cámara la última foto de Soda Stereo. Minutos después, perdía el conocimiento.