Por Pau Velázquez.
Irapuato, Guanajuato- Lucio Pérez, conocido por todos como “Pachis”, es un hombre ejemplar de 70 años de edad que ha dedicado prácticamente toda su vida al mercado, especializándose en la venta de viseras. La historia del irapuatense es un testimonio de esfuerzo, tradición y compromiso con su comunidad.
Desde temprana edad, Lucio se involucró en el negocio familiar. La historia como vendedor de vísceras comenzó hace más de 70 años, cuando sus abuelos dieron inicio a la tradición de trabajar en el mercado Miguel Hidalgo. A lo largo de las generaciones, el negocio pasó de padres a hijos, hasta llegar al “Pachis”, quien continuó el legado con pasión y determinación.
El establecimiento que ha resistido la prueba del tiempo lleva por nombre “Expendio de vísceras El Pachis”. El renombre y longevidad se deben a la dedicación incansable de Lucio y su familia a lo largo de los años. La fidelidad de los clientes y la calidad de sus productos han forjado la sólida reputación del negocio.
Este negocio ha sido testigo de cambios históricos y evoluciones en la industria, pero la pasión de Lucio por las vísceras ha permanecido constante. A pesar de los desafíos, desde la competencia moderna hasta cambios económicos; “Pachis” ha demostrado una resistencia admirable.
La historia de Lucio Pérez no solo es un tributo a su esfuerzo individual, sino también a la importancia de mantener vivas las tradiciones familiares. La dedicación de su familia a la industria cárnica influyó en la creación del negocio de viseras, lo que demuestra cómo las raíces de una familia pueden moldear una empresa exitosa y duradera.
Hoy en día, “Pachis” sigue siendo un nombre respetado en la venta de viseras; su ejemplo de trabajo duro y devoción inspira a las nuevas generaciones y sirve como recordatorio de que la tradición y la pasión pueden ser los ingredientes clave para construir un legado duradero en el mundo de los negocios.
