Cuerámaro, Guanajuato.- Julio Alvarado Soto, cronista municipal de Cuerámaro, compartió la historia que envuelve a la majestuosa escultura de cantera del general Emiliano Zapata, ubicada en la calle 20 de noviembre de la colonia El Tigre.
En el año 1945, un grupo de ejidatarios, deseosos de rendir un merecido homenaje al célebre general Emiliano Zapata, se propuso realizar un evento donde se develaría una escultura en su honor. Sin embargo, la falta de recursos los dejó en un dilema, sin saber cómo llevar a cabo dicha escultura.
Fue entonces cuando surgió una idea extraordinaria desde el comité ejidal. Entre sus herramientas agrícolas, se encontraba un antiguo rodillo de cantera rosa. Determinados a aprovechar lo que tenían a su disposición, decidieron utilizarlo para dar forma a la estatua. En su búsqueda de alguien con experiencia en el manejo de la cantera, se toparon con un talentoso escultor llamado Salomón Guerrero, originario de León.
Al presentarle su propuesta a Guerrero, le explicaron las dificultades que implicaba trabajar con una cantera desgastada. A pesar de la complejidad del proyecto, el habilidoso escultor decidió aceptar el desafío. Con pasión y dedicación, inició la laboriosa tarea de crear una obra de arte que honrara al general Zapata.
Aunque el resultado no cumplió completamente con los estándares artísticos deseados, la escultura fue colocada en su ubicación actual en el año 1946. La elección de este sitio se basó en la intención de rendir homenaje al máximo líder agrario, Zapata, quien inspiró a los cueramarenses, liderados por Don José Camacho, a llevar a cabo el histórico reparto agrario el 17 de septiembre de 1930.
Hoy en día, la imponente estatua se ha convertido en un punto de referencia emblemático para los habitantes de Cuerámaro, formando parte de la historia de la ciudad. Con su presencia, el monumento se erige como un recordatorio constante del legado de Emiliano Zapata y su lucha.
