En el partido de la tercera división aragonesa entre el Cuarte y el Teruel, una imagen le dio la vuelta al mundo. Un centrocampista defendía un tiro de esquina de una forma poco ortodoxa, subiéndose al poste como si fuese un koala.
Nadales, quien se dedica a la carpintería, mencionó que no se había dado cuenta de su acción, sino hasta que el teléfono celular no le paraba de sonar. “Tengo el móvil que me arde. He salido a las tres de trabajar y si no veo la foto no me doy cuenta ni yo de lo que pasó”.
Nunca planeó la jugada, sólo le llegó la inspiración cuando el balón estaba en la esquina, listo para ser centrado y se le ocurrió, para tratar de contrarrestar la altura de los elementos del Teruel. “Ellos eran muy altos, nos sacaban tres cabezas a cada uno de nosotros, y nos remataban todo. Así que en ese córner para saltar más me subí para arriba, pero fue en cuestión de décimas de segundo. Subí y bajé. Fue todo muy rápido. Realmente en ese momento no sabes lo que haces. Nadie se enteró, ni siquiera el árbitro ni mis propios compañeros”, recuerda Nadales.
Desafortunadamente la jugada no es legal. Si el jugador del Cuarte hubiera tocado el balón, hubiera recibido la tarjeta de amonestación y tiro indirecto; y en caso de que hubiera evitado que la pelota entrara en la portería, saldría expulsado. “Ya he visto que no se puede hacer, no tenía ni idea, así que no lo repetiré más. Pero de haber sido legal, la podía haber patentado y ponerle la Nadalina o algo así por mi apellido, ¿no?”, dijo en tono de broma Nadales.
