Oaxaca
Esta madrugada, tras haber pasado una noche lluviosa, el contingente de migrantes centroamericanos que busca llegar a la frontera de México con Estados Unidos, partió rumbo a Donají, una comunidad del municipio de Matías Romero, Oaxaca, al sureste de México.
Hoy avanzarán 45 kilómetros en su ruta para llegar, primero, a la Ciudad de México, vía Veracruz. En este territorio oaxaqueño dejaron atrás San Pedro Tapanatepec, Niltepec y la cabecera de Matías Romero, municipios que los cobijaron a su paso y les ofrecieron alimentos.
Han pasado ya 22 días desde que los migrantes centroamericanos abandonaron sus países e iniciaron la travesía hacia Estados Unidos; sin embargo, conforme avanzan los días, la desesperación y la incertidumbre crece.
Poco después de las 4:00 horas de este viernes, después de haber dormido en plásticos, cartones y en casas de campaña, bajo una noche lluviosa, los migrantes despertaron y reiniciaron el viaje en busca de sus sueños.
Por las arterias principales de Matías Romero se observaba a algunos vestirse, peinarse y cepillarse los dientes, mientras que otros ya caminaban a paso veloz y unos más permanecían acostados en las banquetas o a las afueras de los negocios.
La salida anunciada ayer jueves era a las 05:00 horas, pero ellos ya no quieren esperar, quieren avanzar más kilómetros. Además, buscan evitar el sol, que ha alcanzado temperaturas superiores a los 30 grados, y poder apartar un buen lugar dónde descansar en la próxima parada: Donají.
Tanto hombres como mujeres, niños en brazos, en carreolas o caminando a esa comunidad, van con la esperanza de que sus coordinadores logren encontrar camiones para que haga menos complicado su viaje a la Ciudad de México, donde tienen la intención de dialogar con las autoridades.
Otro grupo de migrantes, como lo hacen en cada avance, van arriesgando su vida por llegar pronto o con menos esfuerzos a su destino. Se han colgado en los trailers, pipas y camiones de carga.
Dicen que el camino se vuelve cada vez más difícil, pero la mayoría se mantiene firme en su sueño, incluso, ante las amenazadas de Donald Trump de frenarlos y que los soldados serán más duros en la frontera.
Además, pese a que ayer el presidente estadounidense dejó entrever que podrían usar la fuerza letal si los integrantes de la caravana de migrantes lanzan piedras contra soldados y agentes de las fuerzas del orden que busquen detener su ingreso.
Además, Donald Trump dijo el miércoles 31 de octubre que pondrá hasta 15 mil soldados a la frontera con México para detener a la caravana, a la que calificó como peligrosa, además reiteró que quienes pidan asilo permanecerán detenidos y no serán puestos en libertad provisional.
Pero nada los detiene. Hay algunos que decidieron volver a sus países, otros han aceptado la ayuda del gobierno mexicano y trabajan aquí, por el momento, pero la mayoría del contingente, que supera los cinco mil integrantes, teme volver a sus lugares de origen.