Por: Daniel Mora Guerrero.
Ciudad de México.- El máximo tribunal de justicia en México ha dado por terminado el tema de la reforma judicial y el sinfín de opiniones divididas sobre este.
Para muchos esta decisión ha sido supremacistamente abrupta, para otros un signo de verdadera democracia. Lo cierto es que a partir del próximo año el pueblo mexicano es quien elegirá a los jueces a través de votación popular.
Aunque a decir verdad los hilos si se movieron para que esta decisión tomara un curso fijo a favor de la reforma judicial auspiciada por Andrés Manuel López Obrador y secundada por la actual presidenta, Claudia Sheinbaum. Siendo, Alberto Pérez Dayán el ministro clave en el apoyo y en concretar la tan ansiada reforma.
Los cargos por elegirse serán jueces de distrito, magistrados de circuito, magistrados de Tribunal Electoral, ministros de disciplina judicial, una nueva jurisdicción que buscará regular la investigación y sanciones a los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación que incurran en actos u omisiones contrarias a la ley, al interés público o a la adecuada administración de la justicia. Evidentemente, también se elegirán mediante voto popular a los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La elección también abarcará los poderes judiciales locales. El INE es quien se encargará de auspiciar el conteo y computo de votos.
Un gran sector de la oposición ha señalado la posible intromisión en la decisión del ministro Pérez Dayán en su “cambio de bando”. Aunque no existe prueba alguna que esto haya sucedido de esta manera. Su decisión deja una contundente e inimpugnable resolución, pues ya existe una aprobatoria.