Ciudad de México
La semana pasada se dio a conocer que 4 de las 11 afores que operan en México -Inbursa, Pensionissste, Profuturo y XXI-Banorte- participaron en la emisión de la Fibra E para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), con una inversión de 13,500 millones de pesos de una oferta total de 30,000 millones, según informó la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
Esta noticia generó una serie de cuestionamientos, sobre todo en redes sociales, donde se afirmaba que el PRI, a través del Ejecutivo, había dispuesto del “ahorro de los mexicanos” para financiar una “obra riesgosa”, lo que dejó de manifiesto el desconocimiento que tienen los ciudadanos sobre cuál es el propósito de las administradoras de fondos para el retiro (afores) y, sobre todo, cómo se toman las decisiones de inversión.
Los lineamientos que rigen a las afores están definidos en la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro (LSAR), la cual determina que los trabajadores son libres de elegir la afore en la que se depositarán sus recursos, mientras que la afore tienen la obligación de administrarlos de forma adecuada y hacerlos crecer, invirtiéndolos en diversos instrumentos financieros que otorgan rendimientos.
Asimismo, establece que las afores deben regirse exclusivamente por el interés de los trabajadores. A esto se le conoce como Responsabilidad Fiduciaria, principio fundamental por el que se rigen la mayoría de los mercados financieros no sólo en México, sino a nivel internacional.
Las reglas de en qué y cuánto pueden invertir las afores se encuentran plasmadas en la Circular 15 del Régimen de Inversión. Dichas reglas tienen como propósito lograr una adecuada diversificación del portafolio, así como procurar un nivel aceptable de riesgo.
Las inversiones de las afores deben cumplir con los límites impuestos, por lo que no es posible invertir de forma ilimitada en la acción de una empresa, en un bono corporativo individual, o en cualquier instrumento financiero.
También es importante destacar que cualquier inversión en un instrumento financiero debe estar soportada por un análisis de los riesgos asociados al mismo: entre más riesgoso sea el instrumento, más estricto debe ser el análisis.
Dicho análisis se lleva a cabo dentro del Consejo de Administración, el máximo órgano de gobierno de una afore y el que toma las decisiones estratégicas. Este consejo debe contar con al menos 5 miembros, dos de los cuales deben ser consejeros independientes.
El Consejo de Administración se compone a su vez del Comité de Inversión, que debe aprobar políticas para una amplia gama de clases de activos y de vehículos de inversión, y debe dar seguimiento puntual a estas inversiones; y el Comité de Riesgos Financieros, que establece límites prudenciales internos para la inversión en instrumentos financieros y aprueba metodologías para el análisis de diversos riesgos financieros.
El Consejo de Administración se complementa con el contralor normativo, un funcionario interno responsable de vigilar que los funcionarios y empleados de la afore cumplan con la normatividad establecida por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar); y por los consejeros independientes, que son expertos en temas financieros, económicos o de seguridad social, que cuentan con reconocido prestigio y solvencia moral y que participan en los comités para anteponer el interés de los trabajadores en las decisiones de inversión.
La figura de consejero independiente es también utilizada a nivel internacional como mejor práctica corporativa para alinear los intereses de los inversionistas y eliminar o mitigar conflictos de interés en las decisiones de inversión.
Para la inversión en los instrumentos financieros de mayor riesgo, los consejeros independientes deben dar su visto bueno expresamente y, de no concederlo, la inversión no se lleva a cabo.
Si bien las afores llevan invirtiendo los recursos de los mexicanos por más de 20 años, es una realidad que prevalecen las dudas y el desconocimiento respecto al funcionamiento básico de las administradoras. Para resolverlas, la Consar cuenta con un blog, en el que continuamente sube artículos explicativos, que pueden ser consultados por la ciudadanía.
