En Irapuato existe un fenómeno llamado “apuntar con el dedo” y así es como se ha comenzado a apuntar a diestra y siniestra a los personajes que pudieran aparecer en las boletas electorales o bien a los que pudieran estorbar, incluyendo a medios de comunicación.
A diferencia de otras elecciones, las redes sociales llegaron para dar un toque completamente distinto al que se había presentado, pues ahora las quejas van directas a través de perfiles ciudadanos, páginas de denuncia o los llamados “boots” que no son más que disidentes que se manejan como verdugos al señalar o menospreciar el trabajo de cualquier persona o personaje.
Apuntando el dedo al “like”, al comentario de internet para soslayar a cualquier persona, así es como aparecen los señalamientos a los posibles aspirantes a cualquier cargo de elección popular al decir que son de lo peor, que si aparecen en un partido político son sinónimo de corrupción, aunque para ello debería existir el beneficio de la duda.
Al igual los medios de comunicación tanto digitales y tradicionales, también tienen grandes fijaciones al decir que son unos vendidos con el gobierno, pero la pregunta en este caso pudiera ser ¿quién es el vendido, aportas al cambio o sólo eres de los que te quejas?, pues aunque la manifestación, la queja, el grito y el señalamiento ayudan, también existen otros métodos de apoyo como la prevención, la presentación de propuestas positivas, el cambio de los niños a un bien común por la sociedad y no sólo la amedrentación.
Aunque la lógica a través de estos señalamientos con el dedo parecieran ser radicales y ellos tener la única verdad y razón, sería importante hacer un cambio en la imagen ya muy desgastada de esos seres, medios o instituciones políticas a las que se señalan, pero con propuesta, con diálogo, con responsabilidad y participando de manera directa, no sólo ajusticiando.
El señalar con el dedo a través de redes sociales es muy relevante y cuál es el objetivo, fuera de demeritar, enjuiciar, manifestar, quejarse, incomodar u otro calificativo, pues en la realidad no parece servir de nada o sí.
