Organillero con sonido guanajuatense

Desde hace seis años Enrique Lara es organillero un oficio que va de generación en generación en México

Enrique Lara, es un organillero que  desde hace seis  años dedica parte de su tiempo a este bonito oficio y lo compagina como taxista en la Ciudad de México y hoy llegó hasta Irapuato para seguir difundiendo este arte y sonido callejero de aquella época que ha marcado la vida de muchas personas al escuchar una melodía con este instrumento.

Desde muy pequeño su abuelo, su papá y sus tíos lo enseñaron a tocar este instrumento que luego utilizo a la perfección con el paso del tiempo; oficio  que ha llevado a muchas ciudades de la república y que ha ido de generación en generación.

Su oficio va acompañado de un changuito de peluche que representa a los organilleros de la ciudad de México, y de esta manera es como Enrique Lara tocó algunas melodías afuera del mercado Hidalgo de Irapuato..

“Está ya es una tradición familiar que llevamos de muchos años que va de generación en generación; y yo soy la 4ta generación,  tocar este instrumento tiene su chiste…es por ello que voy de ciudad en ciudad para llevar un poco de este sonido a la gente” refirió Enrique.

Este instrumento está elaborado de madera y piezas muy delicadas como silbatos, cilindros de papel y una mil 200 puntillas para cada melodía, cada organillero cuenta con un rollo de ocho  melodías.

Las melodías que trae el organillero Enrique Lara en su mayoría son temas guanajuatenses como: “Caminos de Guanajuato”, “La Llorona”, “La Paloma”, “Adiós muchachos”, “Juan Charrasqueado”, “Gabino Barrera”, “La Vida en Rosa” y las “Mañanitas”.

Para Enrique es gratificante poder llevar este sonido a la gente sobre todo a  personas de aquella época que aún gusta de escuchar una bonita melodía con este instrumento de viento.

Por más de cien años los organilleros mexicanos musicalizan temas con sonido de viento en sus cajones de madera,  este oficio llegó a México en la época del gobierno de Porfirio Díaz

Mientras  Enrique toca el organillero, su acompañante pide apoyar con una moneda… es así como mucha gente se detiene  para escuchar el sonido de una de estas melodías y en agradecimiento regalan una moneda o un gesto de amabilidad para el organillero.

“Normalmente esto lo hago porque me gusta y las monedas que la gente nos regala a mí a mi acompañante, lo utilizamos para seguir viajando a otras ciudades y fomentar la cultura de este sonido en el pasado” dijo Enrique Lara.

 

Fue a finales del siglo XVII cuando empezaron a encontrarse estos instrumentos, el origen del organillo que conocemos en México es alemán, en particular de una familia de migrantes alemanes que llegaron hace muchos años a la ciudad de México.

Enrique dijo que en ningún país ha visto que un organillero ande con su cajón caminando es por ello que él busca dejar en alto este arte que ya es patrimonio de la humanidad.

Traer un changuito arriba del cajón es una tradición en la ciudad de México …hace varios años los organilleros de la ciudad metropolitana  sí traían un changuito de verdad que se bajaba con su bote a pedir una moneda, dijo el músico organillero, comentó Enrique Lara.

“Hoy por hoy se deben rescatar las tradiciones mexicanas que aún tenemos en México y esta es una de ellas …la música de viento de un organillero” concluyó Enrique Lara, Organillero de la Ciudad de México.

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