“Mi hermana jugaba con un fantasma” dijo irapuatense al vivir unos años en los portales arriba de las “3B”

Don Filemón, un irapuatense de 60 años, contó cómo fue parte de su infancia en los portales del centro histórico de Irapuato tras vivir un par de años arriba de lo que fue las “3B”.

Irapuato, Guanajuato.- Don Filemón, un irapuatense de 60 años, contó  cómo fue parte de su infancia en los portales del centro histórico de Irapuato tras vivir un par de años arriba de lo que fue las “3B”.

El señor Filemón comienza relatando su historia cuando él era un niño, recordando cada detalle que le erizo la piel.

“Hace muchos años atrás mis padres, (que en paz descansen, mencionó) decidieron cambiarse de casa al ya no estar a gusto con el rentero, al encontrarse con la oportunidad de vivir en zona centro les pareció una idea fenomenal al igual a mis hermanos y para mí”

Posteriormente el disfrutaba mucho vivir en esa casa, salía a jugar canicas con sus hermanos y amigos, corría por la plazuela y disfrutaba todos los eventos que había desde la ventana de su casa.

Aunque una noche toda se tornó diferente, al entrar a su cuarto encontró a su hermana la más pequeñita, de 4 años, jugando con una pelota roja.

“Rosita estaba sentada en el piso jugando con su pelota, yo solo la escuchaba reírse mucho y por ese motivo me contagiaba su risa pero al acercarme más a ella me di cuenta que al momento de que ella lanzaba su pelota, no llegaba a la pared, pero regresaba a sus manos, con algo invisible para mi topaba y regresaba, Rosita la lanzaba y regresaba, inmediatamente se me borro la sonrisa del rostro”

Al percatarse de esa escena Filemón salió corriendo del cuarto, tratando de despertar a sus papas y sin obtener respuesta alguna, regresó.

“Cuando regrese a mi recamara Rosita ya estaba acostada en la litera de arriba con mi otra hermana”

Al día siguiente el irapuatense le conto a sus padres lo que vio y ellos al escuchar lo que decía no le creyeron.

“Pasaron los días y las cosas se movían de lugar, se perdían objetos, rosita reía y jugaba con alguien todo el tiempo, le jalaban el cabello a mi mamá, le escondían los lentes a mi papá”

Un día, los padres de Filemón se percataron de lo sucedido cuando vieron a la pequeña Rosita lanzar la pelota y regresar a ella sin rebotar en nada.

“Ese mismo día se dieron cuenta que en la casa mi hermana jugaba con un fantasma”, concluyó.

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