Doña Tere, 89 años de lucha

Irapuato, Guanajuato.- Diario, Teresa Morales acude a la Iglesia de la Tercera Orden para rezar el rosario. Ella a sus 89 años de edad, recuerda que su vida ha sido dura debido a su condición de andar en muletas desde pequeña, cuando padeció la “viruela negra”.

“Me decía mi papá y mamá que tenía 8 años cuando me dio una viruela, que le decían la viruela negra, ha de haber sido muy mala porque me estaban empezando a salir los granos de la viruela cuando se murió un muchacho de 22 de la viruela; cuando las viruelas se me empezaron a  secar empecé con una dolencia en las rodillas, que me dolían y me dolían y yo lloraba y lloraba hasta que me reventaron, pura sangre y de esos dolores ingratos quedé encogida…agarré las muletas a los 8 años y meses”.

Tere nunca se casó ni tuvo hijos, siempre vivió con sus papás hasta que ellos fallecieron y fue que se quedó con una de sus tres hermanos, hasta hace cinco años cuando murió y ahora vive con una sobrina y un sobrino.

Ella, diario se le puede ver afuera de la Tercera Orden, acude a rezar el rosario como una promesa que le hizo a Dios, “Yo les rezo el rosario a aquellas familias que me rodean, me dan el buen día y me dan su ayuda, allá se los tenga él muy apuntadito”, dijo.

El próximo 5 de octubre, Teresa cumple 89 años de vida, originaria de Michoacán, llegó a Irapuato hace varias décadas.

Tampoco nunca fue a la escuela, no quiso asistir a clases por su condición de muletas pero recordó que a los 32 años trabajó durante más de 6 años en un taller de ropa cociendo.

“Mi papá me decía: ¿bueno tú porque no quieres ir a la escuela?, entonces yo le contesté porque todas caminando bien y sólo yo caminando en muletas, no me volvió a decir nada mi padre, consideró que me daba vergüenza y por eso yo no pisé ninguna escuela”, contó.

Pese a los retos que ha tenido que enfrentar como también haber sido atropellada y caídas, señaló que “Ahorita aunque tenga hambre o no acabale para el taxi, Dios no me ha puesto en el pensamiento que pida un peso, de todo me aguanto pero sí hay muchas personas que me ayudan de su voluntad”.

 

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