“Aquí vas a pagar”, una de miles de historias en la frontera con los del SAT

En la frontera, los mexicanos son los que más sufren por el cobro "obligado" por agentes aduanales

México

“Vas a pagar 3 mil pesos por esa compresora”, -pero nuevo vale eso o menos- “si no quieres regrésala, aquí vas a pagar”, dijo un agente del SAT aduanal a uno de los miles de paisanos que a diario pasan por la frontera de Estados Unidos-México y tienen que pagar, aunque aparentemente no deberían hacerlo.

En el cruce de Laredo, Texas a Nuevo Laredo en México, pudiera considerarse uno de los mayores peligros y retos pasar al lado mexicano, sin que uno de los agentes federales, no cobren por lo que sea, pues aquí la regla dice “el agente fronterizo puede calcular el cobro de impuestos”.

El semáforo estaba en verde, eran poco antes de las 6 de la mañana, cuando Roberto Rodríguez de la comunidad de San Manuel, en Salamanca pasó la frontera, iba de regreso a su casa y llevaba algunas prendas de ropa y una compresora usada que uno de sus primos le había regalado en su estancia en Killing, Texas.

A esa hora, había una fila de vehículos relativamente corta, el sol estaba saliendo y aunque el semáforo supuestamente era para que pasará sin ser revisado, uno de los agentes de los muchos que hay ahí, les hacían alto a todos los “paisanos”, esto en la puente dos Juárez-Lincoln.

“Abre la cajuela” dijo el empleado de la Secretaría de Administración Tributaria SAT y replicó “cuánto pagaste por esa compresora, cuánto gastaste en ropa”, y Roberto respondió “me la regalaron, que no ves que está usada” y el agente enfatizó “vas a pagar 3 mil pesos, es material de construcción”.

Paga por la silla de ruedas de su esposa

Otro de los casos en ese mismo instante, fue el de Felipe, un hombre originario de Durango, quien iba de visita, pues él y su esposa son ciudadanos estadounidenses, pero con raíces mexicanas.

El hombre viajaba en una camioneta Durango, gris, estaba acompañado de su esposa, una mujer invalida para caminar, que usa una silla de ruedas para ser trasladada de un lugar a otro y que en ese momento llevaba dos sillas de ruedas, una para trasladarse y otra para sentarse al momento de bañarse.

“Me cobraron 1500 pesos, les dije que las sillas son de mi esposa, no se vale, son sillas que ella usa y me cobraron, porque dijeron que era para regalarlas, son chingaderas, pinches corruptos, lo único que quieren es joder al paisano” dijo el afectado.

Ya en las oficinas del SAT situadas el lado de los puntos de revisión hay dos cajas, una en la que se expide un documento del SAT en el que señala el monto que el agente dice y que escribe en un simple papel.

En la otra caja, el pago es en efectivo, momentos que hacen “perder” tiempo, pues aquí la fila es grande y aproximadamente duran alrededor de media a una hora.

Pago realizado por la cmpresora, aunque en el documento dice que es por ropa
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