¿Por qué no puedo dejar de verlo?

Cuando vemos algunas figuras, logotipos, formas, le damos una interpretación, pero a medida que lo analizamos el cerebro tiene tantas ganas de reconocer cosas que a veces reconoce objetos donde ni siquiera los hay, como la cara de Cristo en la corteza de un árbol o una inquietante forma en una mancha de humedad de la pared o en las mismas nubes que forman rostros o figuras. Es lo que se conoce como pareidolias y funciona incluso a nivel auditivo: creemos oír una voz o un grito en lo que no es más que un ruido sin significado.

Por ejemplo, cuando veas nuevamente el logo del famoso pollo Kentucky, jamás volverás a verlo como hasta el momento lo has hecho. Cuando te diga cómo mirarlo no podrás sacarte la nueva imagen del Coronel Sanders de tu cabeza. Observa el logo de la derecha y piensa que estás viendo un señor con una cabeza muy grande y un cuerpo de monigote muy pequeñito.

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Ahorita que está la fiebre del mundial Brasil 2014, pasa lo mismo con su logo oficial, ya que recuerda de manera increíble al famoso “meme” del “facepalm” (algo así como el manazo en la cara), una imagen que se utiliza para expresar que alguien “la ha regado”.

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Pero… ¿por qué ocurre esto en el cerebro?. En primera, porque el acto de ver algo está plenamente condicionado por lo que sabemos sobre lo que vemos. Es decir, la retina hace un primer filtro sobre las características de la imagen, pero es la corteza cerebral la que le da una interpretación. Y en segunda, porque a la corteza le fascina encontrar significado a las cosas, así que una vez que ha reconocido algo, la siguiente vez lo reconoce automáticamente.

Otro ejemplo muy conocido de este fenómeno es el de la siguiente imagen. La primera vez que la miras no entiendes muy bien qué estás viendo, de primera vista son simplemente manchas…

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… pero una vez que te explican que hay un perro dálmata, ya no puedes dejar de verlo:

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Otros efectos famosos son los de la ilusión del conejo-pato o la muchacha-anciana, o la bailarina que danza hacia la izquierda o la derecha. Los neurocientíficos conocen esto con un nombre más técnico: el modelo de la red bidireccional jerárquica, pero en resumidas cuentas se trata de lo siguiente: la información que entra por la retina y la que analiza la corteza cerebral se retoralimentan, la información sube y baja de un nivel a otro y lo que ves es un resultado de ambos filtros: lo que el ojo te dice de y lo que el cerebro añade por lo que ya sabe. El neurocientífico Bradley Voytek lo explica así: “Nuestra corteza ya está cambiando la información en bruto antes de que la información llegue a nivel consciente”. Es decir, no ves lo que tienes delante sino lo que tu cerebro te dice que tienes.

Un último ejemplo es el de “la silueta del peregrino” de la catedral Santiago de Compostela …

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Al principio vemos un mera sombra que se proyecta en la pared, pero si vemos a detalle, se ve como la silueta de un peregrino, al que por cierto a más de uno de ha sacado un buen susto.

Por aquí les dejo un video con una serie de interesantes fotografías… ¡Disfrútenlo!

 

 

Por: Davinchi
#NotusNoticias
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