“Mujeres de Pénjamo” un episodio cruel de la guerra de Independencia

Fueron acusadas por el simple hecho de "ser mujeres"

Pénjamo, Guanajuato.- Este lamentable suceso cobró especial fuerza en Pénjamo, la parte sur de Guanajuato, estas mujeres fueron aprehendidas junto a sus hijos por el coronel Agustín de Iturbide, entonces comandante general de las tropas del Bajío y segundo del Ejército del Norte, acusándolas de una sola cosa “ser mujeres”.

Agustín de Iturbide, ambicioso y malo desde su niñez, primero sirvió al ejército realista y luego pasó al bando opuesto para pelear en contra de quienes primero defendió.

El 29 de octubre de 1814, Agustín de Iturbide ordenó la detención de las mujeres y determinó: “Las mujeres e hijos menores de los maridos y padres que siguen el partido de los rebeldes, ya sea en clase de cabecillas, ya en la de simples insurgentes, seguirán la suerte de aquellos”

Los Motivos por las que fueron detenidas:

Por ser mujer familiar de soldado o cabecilla insurgente, por sostener un vínculo emocional con ellos, por el contrabando de mensajes y de armas, por espionaje y conspiración, por apoyar económicamente a los insurgentes, por darles comida y agua, curarles heridas y lo peor, por enterrar a los muertos, hechos todos absurdos, faltos de moral y misóginos, pues llegó el momento en que a toda mujer que no acatara las leyes establecidas, se le tildaba de prostituta.

Se les acusó de infidentes, se les juzgó y sentenció a ser ejecutadas, encarceladas, deportadas y privadas de sus propiedades.

Junto con otras mujeres, fueron aprendidas los días 29 y 30 de noviembre de 1814, en sus casas, en las calles del pueblo de Pénjamo y de la Hacienda de Barajas de la misma localidad. Con sus hijos fueron trasladadas unas a la ciudad de Guanajuato y otras a la ciudad de Irapuato, con el tiempo algunas fueron trasladadas a Querétaro.

Antonio Labarrieta, cura de Guanajuato abogó por la libertad de las mujeres de Barajas, afirmó que las mujeres carecían no sólo de interés político sino también de ideas, opiniones y acciones que podían influir en los acontecimientos políticos.

A las mujeres no se les informó la causa por las que fueron encarceladas poco más de dos años y tras citar en varias ocasiones su libertad, fueron liberadas por disposición del virrey Juan Ruíz de Apodaca en enero y julio de 1817.

Algunos nombres de las mujeres detenidas que quedaron en el registro de la historia:

Juana María Villaseñor, Petra Arellano, Micaela Vedolla, María Arias, Francisca Uribe, María Regina Barrón, María Manuela Suasto, María Bribiesca, María Josefa Sixtos, Rafaela González, María Josefa Rico, Manuela Gutiérrez, Casilda Rico, María Vicenta Izararás, María Josefa Paul, María de Jesús López, Ana María Machuca, Lisa Lozano.

 

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