“Mi hijo me ha enseñado a disfrutar un simple regaderazo”: Griselda

Irapuato, Guanajuato

Ella es Griselda Becerra González, maestra en un jardín de niños y mamá de un “ángel” que tiene varios padecimientos entre ellos no poder hablar, caminar o simplemente decir que siente. La profesora es una mujer alegre que pese a las necesidades que representa el cuidado de su hijo, destaca por su ímpetu de ayuda los demás.

Directora del jardín de niños José Vasconcelos en la comunidad de Arandas, Gris como la conocen sus amigas, alumnos y padres de familia con los que convive, decidió estudiar como docente de niños pequeños.

Estuvo en algunos poblados de San Felipe y actualmente en Irapuato, lugar del que es originaria; ella tiene 37 años y está casada con un músico, situación que le ha dado algunas ventajas en su hogar, porque ha sido parte de las terapias que se han ofrecido a su hijo Zadquiel.

El pequeño Zadquiel tiene síndrome de west, microcefalia, hipotiroidismo y un “soplo” en el corazón, padecimientos que le han impedido desarrollarse como cualquier otro niño y que a la vez a Gris le han dado la oportunidad de aprender de él, cuidarlo y buscar nuevas posibilidades para su hijo y a la vez formas de enseñar a sus alumnos.

¿Por qué sonríes a pesar de que han sido complicados los cuidados de tu bebé?

Las personas nos conflictuamos entre el estrés laboral, problemas, rencores situaciones de la vida que muchas veces tienen solución, a mí se me ha dificultado la vida, no ha sido fácil, sin embargo mi hijo me ha enseñado a disfrutar un simple regaderazo y saber que tenemos cosas maravillosas que como personas “normales”  podemos aprovechar y las dejamos pasar como el aire, eso me hace sonreír cada día y disfrutar hasta el último momento”.

¿Por qué decidiste ser maestra?

Soy maestra por que los niños son la inocencia, transmiten amor, risas, hasta preocupaciones si llegas despeinada te lo dicen pero jamás te juzgarán, el ir observando su proceso de aprendizaje y como van madurando es una satisfacción enorme. Hace 4 años cuando me enteré que mi hijo tenía una discapacidad me propuse trabajar por la inclusión no sólo de él sino de todos esos pequeños que necesitan de nosotros en ocasiones  sólo de amor paciencia y  es mi meta dar inclusión así como acompañamiento a los padres de familia que a veces no saben como actuar con sus hijos sintiéndose desorientados.

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