A hombros Sánchez y Ginés Marín, Saldivar  a pie por fallar con la espada

Emoción, arte y torería en la Corrida de Toros de León

Texto y fotos: Juan José López Luna.

León, Guanajuato.- Con una pobre entrada de media plaza, indigna del cartel presentado, se dio la segunda corrida de feria en la ciudad leonesa, haciendo el paseo los diestros Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldivar y Ginés Marín, quienes lidiaron un bravo y terciado encierro de Rancho Seco, 5 astados fueron ovacionados en el arrastre y premiados 3ro. Y 5to., faltó la vuelta del ganadero.

UN NUEVO JUAN PABO SÁNCHEZ SURGIÓ Y TRIUNFÓ

Tal vez sea la edad o alguna motivación especial, pero ayer Juan Pablo Sánchez, fue un torero diferente en el ruedo leonés, desde que se abrió de capa mostró hambre de triunfo, imprimiendo su arte y temple encada lance, cosa que ya se le conocía, pero luego cuando su primer toro se le paraba a medio viaje, lo aguantaba y con torería lo obligaba a pasar, generando emoción y gusto en el tendido que pronto conectó con él, de verónicas y una media, quite por saltilleras con revoleras, fue el toreo de capa, luego con la muleta comenzó doblándose hasta los tercios y casi en los medios fue la sinfonía de temple, arte y torerismo en tandas por la derecha e izquierda con pases de pecho y cambiados por la espalda emocionantes, varias de los pases fueron redondos completos y la gente emocionada, mató de una estocada y lo premiaron con 1 oreja. Con su segundo, poco hizo en el capote, sólo una verónica y una larga cordobesa de pintura, con la muleta de nuevo se dobló al inicio pero ni así bajó la cabeza el burel, tandas de derechazos y naturales , unos por abajo y otros a media altura, pero todos templados, largos y redondos, molinetes de rodillas, lo mismo que unos derechazos rodilla en tierra, manoletinas de pie y de rodillas, todo al son de pelea de gallos, luego un estoconazo y las 2 orejas le dieron como premio.

SALDIVAR ENORME TOREANDO, PERO MALO CON LA ESPADA

Arturo Saldivar es un torero que posee el arte, valor y torería para ser pilar de la baraja taurina, pero aveces su apatía y muchas su mala suerte con la espada lo han privado de triunfos grandes. A León salió con muchas ganas y desde su primero lo recibió con el capote en unas verónicas no muy lucidas por las descompuestas embestidas, pero con la muleta luego de doblarse, ahí en los tercios y medios bordó una faena larga, redonda y templada, lo mismo por derehazos que naturales con adornos y remates rodilla en tierra, manoletinas pintureras y cuando ya se preperaba la gente para pedirlas orejas, vino el mal trago con la espada y todo quedó en salida al tercio. Con su segundo volvió a salir con muchas ganas de triunfar y desde el capote lo estaba logrando, pero la faena grande vino con la muleta, larga, muy larga, torera y templada fue su labor, derechazos, naturales, 4 molinetes de rodillas, cambiados por la espalda y hasta la talavantina, más toreo en redondo y manoletinas, otra faena que emocionó al público el cual estalló cuando Arturo dejó un estoconazo, 2 orejas merecía, pero el toro tardó en doblar y le tocaron un aviso, quiso descabellar, pero falló y falló, y de nuevo sólo al tercio lo sacaron.

GINÉS MARÍN TORERO ARTISTA Y PODEROSO

El diestro español Ginés Marín, vino con la clara idea de gustar y triunfar en la plaza de León, y lo logró, para ello a su primero lo recibió con unas  bellas verónicas ramatadas con una media de pintura, luego un emocionante quite por gaoneras y se calentó la gallera, con la muleta se puso de rodillas en tablas y le pegó una tanda de derechazos, ya de pie dio una sinfonía de toreo, estético, templado, pinturero y en redondo, la gente estaba encantada porque fue una faena larga también y los olés muchos, por eso tras la estocada y un golpe de descabello con un aviso, aun le dieron la oreja de premio. Con su segundo, que fue el menos bueno del encierro, Ginés poco hizo con el capote porque el astado no bajaba la cabeza, pero con la muleta le fue haciendo la faena a media altura y aunque varios pases se deslucían por los derrotes que tiraba, de pronto surgieron tandas de derechazos y naturales a cámara lenta y en redondo completo que hicieron estallar en júbilo a la gente, sí a media altura, pero también eso es toreo, el toro se paraba de repente y el diestro español ni se inmutaba, con temple y su muleta poderosa lo obligaba, una y otra vez a pasar y darle la vuelta completa, arrancando olés con mucha fuerza, remates y adornos, todo con mucha torería, una estocada entera y otra oreja, para que junto con Juan Pablo salieran a hombros de la plaza.

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