El hombre de Acero

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Dirigida por Zack Snyder y producida por Christopher Nolan, una nueva entrega, en lo que parece ser un nuevo género cinematográfico dedicado sólo a los súper héroes, arribó a las pantallas de nuestro país el 14 de junio  de este 2013 en medio de grandes expectativas y también de muchas  reservas por parte de los fanáticos del género.

Argumento: una nave espacial se estrella en un pequeño pueblo del estado de Kansas en Norte América,  tripulada por un pequeño bebé quien es  un poderoso alienígena que llega a la tierra con la misión de convertirse en  un puente entre su extinta raza y los seres humanos… pero no señores, no es Gokú, su nombre Kal- El, vástago  de Jor-El, último hijo natural del planeta Krypton y mejor conocido como en este mundo como  Superman.

hombredeaceroEn esta nueva adaptación encontramos un Clark Kent (gloriosamente encarnado por Henry Cavill) sumergido en una misión existencial, él debe descubrir quién es y la cinta se encarga de responder al personaje y al espectador las dudas que surgen alrededor del protagonista, por qué es diferente, cuál es su misión en la vida y sobre todo, conocer su origen.  Esta situación, planteamiento principal de la cinta, dirige la historia sobre una línea narrativa llena de saltos temporales, cortes y escenas retrospectivas de la infancia de Clark en la granja de los Kent en  Smallville, y por primera vez  nos sitúa en un Kryptón real, agonizante y apocalíptico, proporcionándonos  el antecedente más importante para entender por qué Kal-El llega a nuestro planeta  al narrarnos con todo detalle  el día de su nacimiento y la destrucción de su planeta.

Nos conmiseramos con el sufrimiento de   Lara Lor-Van (Ayelet Zurer) al entregar a su hijo a un destino incierto, sufrir la muerte de su esposo y perecer con su planeta; disfrutamos la mirada siempre dulce de Russell Crowe en el papel del científico Jor–El y sufrimos la obsesión  del General Zod (Michael Shannon) por hacer  renacer la civilización Kryptoniana en la Tierra.

Pero… la realización de la película dejó mucho qué desear; al escuchar el nombre de Cristopher Nolan en los créditos del filme esperábamos  una  cinta con la calidad de las últimas entregas de Batman, este fue un  error de esperanza puesto que El Hombre de Acero y El Caballero de la noche, en cuanto a la ejecución fílmica, nada tienen qué ver.

La cinta está plagada de escenas muy lentas, lo que para mucha gente la volvió un poco aburrida, las de pelea (bien logradas por cierto) son eternas, la destrucción enorme y con situaciones que de repente se veían absurdas y forzadas. La lentitud y la procuración de escenas con cierto toque artístico y de reflexión al acompañar a  Clark en el descubrimiento de su verdadero “yo” se desgarran en medio de golpes, explosiones, naves y programas de conciencia lo que convierte a la cinta  en un tornado de situaciones que al  final no llegan a complementarse y  dispersan la atención del espectador hacia  la nada, con esto  percibimos que la cinta busca  solamente justificar la existencia de Superman, para lo que obviamente se deja ver como  la antesala de una nueva franquicia.

La cinta no queda tan mal  por varias cosas, el actor protagonista es extremadamente guapo (lo cual agradecemos nosotras las féminas), los efectos especiales son buenos destacando la tecnología kriptoniana de nanopartículas  con omnipresencia en el tiempo y el espacio y  el planteamiento de un Kriptón obscuro esperando su desaparición, si para el espectador eso no es suficiente, les digo que tienen razón, esta cinta sólo llegó a ser un buen intento para hacer una película de súper héroes diferente, pero como siempre digo: el mejor juicio que existe  para una obra  viene de quien la ve… estas son las  justicias y desventuras del arte.

Calificación: 3.8 de 5 estrellas.

LUPITA LEDESMA
Twitter: @LupitaCuenta
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