“Cura” de la homosexualidad, veneno para todos

abelrojas

Opinión.- En todos los ámbitos, la intolerancia lleva a conductas reprobatorias y a veces, inclusive, perversas contra quienes se convierten en “criminales” a partir del juicio de otros, los “correctos”, los “justos”… sin que haya un verdadero fundamento. Los tiempos que vivimos marcan una enmienda necesaria a tales excesos.

Nueve de los principales dirigentes de la extinta organización internacional Exodus, reconocieron su error y pidieron perdón en relación a las terapias agresivas que durante 37 años impulsaron para “curar” la homosexualidad.

Durante muchos años, en diversos frentes, las lagunas legales, la ignorancia sobre la complejidad del tema, el poder económico y las redes informales de poder son aprovechadas para la difusión de una serie de consideraciones vinculadas a la ideología nazi, quienes desde la mitad del siglo pasado, calificaron a las personas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) como enfermas mentales, como desviadas del carácter, y que en el extremo del terror remitió a campos de concentración a unas 10 mil personas homosexuales, de las cuales alrededor del 40 por ciento sobrevivió y otra cantidad no conocida, que no pasó por el encarcelamiento, fue ejecutada.

La carta abierta en la que Exodus pide perdón -difundida hace un par de días por diversos medios- puede consultarse en la página oficial de la National Center for Lesbian Rights (NCLR) (goo.gl/xjzhX6); ahí se sostiene que la visión que animó las terapias de conversión supone equivocadamente que “ser LGTB es ser desordenado, enfermo, con una patología mental, pecaminoso y desagradable a Dios”. Los firmantes rematan con una frase contundente: “Este mensaje es veneno para el alma”.

La petición de perdón de exintegrantes de Exodus seguramente no pondrá fin a la postura extrema de quienes seguirán considerando a la diversidad sexual como algo enfermizo, pero conforma un muy importante paso en la lucha por las libertades sexuales, por ello la carta debe contextualizarse en la batalla legal que se libra en varios frentes.

Ya en el mundo se empieza a avanzar: en un par de semanas se cumple un año que un tribunal de apelaciones de California declaró constitucional la ley que en 2012 prohibió en aquella demarcación las terapias para “curar” la homosexualidad. Nueva Jersey fue el segundo estado de la Unión Americana que prohibió dichas prácticas.

La batalla que se libró en California y Nueva Jersey estuvo precedida por un estudio de más de dos años, publicado en el 2009, por la Asociación Americana de Psicología (APA), cuyas conclusiones (goo.gl/KHEEF) arrojaron que no se encontraron evidencias de la efectividad de las terapias de reorientación sexual, y sí un carácter “potencialmente dañino” .

Pese a lo anterior, y a que organizaciones de psicología y psiquiatría fueron abandonando la postura de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental -por ejemplo la APA lo hizo en 1973 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1990-, en instituciones ultraconservadoras se continúa con prácticas retrógradas.

Lo preocupante de esto es que algunos sectores de corte religioso, amparadas en la libertad que tienen las personas para propiciar su salud, la de sus hijos y la de su comunidad, continúan promoviendo todavía tratamientos de reorientación sexual debido a que no existe una prohibición expresa en diversas latitudes de Latinoamérica, excepto en Argentina.

En este contexto, la carta de arrepentimiento de ex integrantes distinguidos de Exodus cobra mayor relevancia a la luz de la batalla histórica que la humanidad viene dando para revertir el grave daño que han causado los partidarios de las terapias de reorientación sexual.

Junto a Exodus otras organizaciones de la misma filiación deberían aprovechar la ocasión para reconocer honestamente que no tienen elementos científicos ni morales para señalar como enfermas a las personas LGBT y, así, dejar de criminalizarlas. Deben hacerlo por las incontables víctimas que sufrieron desprecio y humillación al ser consideradas enfermas mentales, y que en el peor de los casos perdieron la vida como resultado de vejaciones.

Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com / @abelpr5 / facebook.com/PerezRojasAbel) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com

“Promover el odio y la discriminación
a las personas LGBT basándose en
principios pseudocientíficos es
doblemente deleznable”.
Abel Pérez Rojas.

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