Científicos colocan el “Reloj del Juicio Final” a dos minutos del “Apocalipsis”

Un grupo de científicos atómicos de Estados Unidos ajustó 30 segundos el “Reloj del Juicio Final” (Doomsday Clock) hasta colocar la manecilla a las 23.58 horas, un gesto que muestra un aumento de la posibilidades de que la humanidad alcance su destrucción total.

El anuncio lo hizo hoy en Washington Rachel Bronson, directora del comité del Boletín de Científicos Atómicos, un grupo de líderes políticos y científicos que estudia los peligros de las amenazas nucleares, las armas de destrucción masiva, el cambio climático y las armas biológicas.

“Es preocupante que a partir de hoy cambiemos el Doomsday Clock”, dijo Bronson, quien a continuación anunció: “Está a solo dos minutos de la medianoche”.

En 1947, el comité del Boletín de Científicos Atómicos creó el “Reloj del Juicio Final”, un símbolo apocalíptico que nació en el contexto del arranque bélico de la era atómica, materializado en agosto de 1945 con las bombas lanzadas por Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

Al arrancar esa metáfora visual sobre el peligro de una deliberada destrucción del planeta, el reloj marcaba 7 minutos para la medianoche. En 1949, con el primer ensayo nuclear de la Unión Soviética, las manecillas empezaron a moverse hacia el punto y final.

Desde entonces, el reloj se ha ajustado en más de veinte ocasiones, con márgenes de 2 a 17 minutos según los diversos avatares de la proliferación nuclear durante y después de la Guerra Fría.

Normalmente los científicos movían las manecillas del reloj mediante minutos completos, pero en 2017, tras el triunfo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de Donald Trump, dieron la sorpresa al ajustar 30 segundos el reloj y colocarlo a dos minutos y medio de la noche.

Hoy volvieron a moverlo 30 segundos y argumentaron que el mundo está más cerca del Apocalipsis por el fracaso de Trump y otros líderes mundiales en alcanzar un acuerdo sobre temas tan cruciales como el cambio climático y la proliferación nuclear.

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