Leverkusen, Alemania
Javier “Chicharito”Hernández pasó por todas las emociones ayer en la BayArena.
De la euforia por su doblete, a la angustia por la derrota parcial, del alarido por el agónico empate al lamento por una falla de último minuto, en el 4-4 entre el Bayer Leverkusen y la Roma por el Grupo E de la Champions.
El mexicano vivía una noche perfecta con su gol de penal al 3’, tras una mano de Vasilis Torosidis, y su tanto al 19’ luego de una combinación con Hakan Calhanoglu y en la que a pesar de fallar su primer disparo, tuvo la fortuna del rebote.
Sólo que después llegó la pesadilla de los locales.
Primero fue en un par de jugadas de tiro libre en las que Daniele de Rossi anotó, al 29’ y 38’, después por un golazo de Miralem Pjanic en la ejecución de un tiro libre al 54’ y finalmente por un contragolpe bien definido por Iago Falqué al 73’.
Antes de que se consumara la voltereta, “ChichaDios” falló un cabezazo al picar demasiado el esférico.
Después de la cachetada, el Leverkusen, dormido desde su segundo gol, apeló al amor propio, a la presión, se acordó de correr. Al 84’, Kevin Kampl marcó un golazo con un tiro al ángulo superior derecho y al 86’ Admir Mehmedi empujó el esférico tras una asistencia de Wendell.
Al 91’, Kampl habilitó al “Chicharito”, quien dribló a un zaguero y disparó apenas desviado. El mexicano lamentó la falla y lo propio hizo el técnico Roger Schmidt en la banca.
“Fue todo menos un partido normal. Esta es la razón por la que entrenadores, jugadores y aficionados venimos al estadio. Al final, incluso tuvimos el 5-4. Eso habría sido una locura”, destacó Schmidt.
El Leverkusen se enfrenta otra vez a La Loba el 4 de noviembre, ahora en el Olímpico romano, y en un duelo que deben de jugar, según Hernández, como si fuera el último.
“El que la Roma no sumara los 3 puntos es lo más importante. De nada me hubiera servido meter los dos goles si hubiéramos perdido”, afirmó “Chicharito”.
